miércoles, 30 de diciembre de 2009

La elegancia de Ariel Bernardini


Cualquier entrenador en la vida, sueña con que sus jugadores posean la mecánica justa de lanzamiento. La mayoría no lo logran, pero aquellos que tuvieron en sus equipos a Ariel Mario Bernardini podrán decir que lo disfrutaron. Desde su 1.88, el rosarino era pura elegancia dentro de la cancha. Imposible olvidar su brazo bien extendido y su muñeca sacando el tiro en el momento justo. Tampoco su salida a dos tiempos, por detrás de una cortina, a buscar su ejecución. O aquellos libres, con respiración de por medio, que siempre terminaban en la red (tiene el récord, al meter 44 en fila en la temporada 1993-1994).

"Entrenaba mucho para ser efectivo en los lanzamientos, me ponía obsesivo en las prácticas. Con los libres es más cuestión de confianza, de saber asimilar la presión y la experiencia. Si de fe se trata, Ariel recuerda especialmente un partido en el que se creyó imparable. "Fue jugando para San Andrés (1990-1991) contra Santa Paula de Galvez. Metí más de 40 puntos y erré un sólo doble. También, el que me cortinaba era el Gringo Javier Garello, una pared. También aparecen los nombres de Jerome Mincy, Claudio Chiappero y Diego Maggi, entre quienes mejor lo liberaron para que pudiera preparar la bomba.

A la hora de analizar rachas, no recuerda alguna en especial que se le haya cerrado el aro, aunque asegura que tuvo bastantes malos partidos. Eso sí "prefiero errar antes que el Gallo Pérez me orine la muñeca como lo hizo con Juan Espil". Disfrutó de grandes bases: "Marcelo Richotti, Marcelo Milanesio, Miguel Cortijo, Leo Diebold, Gabriel Cocha fueron grandes pasadores en mi carrera, pero creo que con el que mejor me entendí fue con el Lobito Gustavo Fernández, en Boca".

El Lobito cuenta con la particularidad de ser además el elegido por Bernardini, como el que mejor lo defendió: "No era el típico que te molestaba con algo en especial, sino que era muy vivo. Sabía dónde ubicarse para incomodarte permanentemente".

Tras 14 temporada en la LNB (siete equipos y dos títulos, con Peñarol y Boca), se retiró jugando para los de Mar del Plata (1998-1999), con enormes números de eficacia a lo largo de su carrera: 44.3% en triples (776-1753) y 85.2 en libres (1339-1572).


Fue acuciado por las lesiones: dos roturas de ligamentos cruzados casi de manera consecutiva y un accidente de autos que le preovocó graves quemaduras en su cuerpo. "Aparecieron siempre en los momentos más importantes de mi carrera, en los que mis equipos peleaban por el título o cuando tenía que renovar contratos. Pero también, creo, que tuve responsabilidad en algunas cosas que me pasaron. De haber estado sano, podría haber jugado 4 ó 5 años más", reflexiona.

Acumuló 7.517 puntos y es, en la actualidad, el 26 goleador histórico de la competencia. Un especialista en lo suyo: "Si me consideran un jugador importante de la LNB pienso que es porque tuve un estilo de juego y pude imponerlo". Palabra de leyenda.


SU ELEGANTE CARRERA


Fecha de Nacimiento: 14/03/68. Lugar: Rosario (Santa Fe). Altura: 1,88. Puesto: Escolta.
Debut en Liga: 07/06/85 contra San Lorenzo.
Menciones: Campeón con Peñarol de la Liga Nacional en 1993/94 y con Boca en 1996/97.Récord de tiros libres convertidos consecutivamente con 44 en la temporada 1993/94. Participante del Juego de las Estrellas de 1991 y 1993.
Debut en la selección: contra Uruguay en el Sudamericano de Valencia (Venezuela) en 1991.
Presencias internacionales en clubes: Sudamericano con GEPU de 1992 y con Peñarol de 1995.
Presencias internacionales en selecciones: Sudamericano de cadetes de 1985. Sudamericano Juvenil de 1986. Sudamericano de 1991 y 1995. Juegos Panamericanos de 1991.

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